miércoles, 21 de mayo de 2014

MADRE Me van pasando los años y un día dejaré de ser, mientras tanto seguiré evocando los hermosos recuerdos de esa infancia juguetona que pasé. Aunque de joven fui rebelde, para mal o para bien, atrapado en la bebida y el placer; la experiencia juvenil es el tesoro más valioso que guardé. De esa época de sombras y pendencias, fue grande la enseñanza, gracias a las bondades y consejos que me brindara mi madre al comienzo en mi crecer. Reciclando aquellos tiempos en el regazo pueblerino, en donde un día mi arte revelé... aprendí a enfrentar la vida y no retroceder. Esa ha sido la añoranza más grandiosa que de mi vida atesoré, evocando la silueta de mi vieja reclinada sobre la mesa, diseñando los vestidos, para luego confeccionarlos en su máquina de coser.

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