viernes, 12 de septiembre de 2014

benedetti

...y de pronto él sintió
que sin ella sus brazos estaban tan vacíos
que sin ella sus ojos no tenían qué mirar
que sin ella su cuerpo de ningún modo era
la otra copa del brindis

y de nuevo se dijo
qué sencillo
pero ahora
lamentó que el futuro fuera oscura maleza
sólo entonces pensó en ella
eligiéndola
y sin dolor sin desesperaciones
sin angustia y sin miedo
dócilmente empezó como otras noches
a necesitarla.

Mario Benedetti

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